martes, 5 de junio de 2012

Resulta que FLA me quiere tener como amiga en el Facebook. Después de que el locutor “del programa de los kilos” advirtiera que iba a revelarse quiénes de los participantes del reality hizo uso y abuso de los permitidos del fin de semana (tanto de albóndigas como de bondiolas) y de notar que la depresión que estoy empollando está cobrando más dimensiones que el huevo de un Tiranosaurio Rex; resolví voluntariamente despegarme del televisor, para concentrarme en la catarata de fotos que me hicieron llegar los explotadores de diseño. Pero cuando vi la solicitud que FLA me había envíado, mi responsabilidad se evaporó como los tres cigarrillos y las dos titas que en menos de una hora me atranqué, mientras analizaba las consecuencias de aceptarla y tirotearle la bandeja de entrada con unos virus de todos los colores. 
Estoy segura que FLA, pretende que me retuerza de los celos con el collage de fotos que debe estar diseñando en Paint, para que todos recuerden "que está en una relación". 
No puedo dejar de imaginarme a Martín con los pelos al viento, abrazando con una mano la cintura de FLA y con la otra zarandeando un baldecito floreado repleto de souvenirs del mar. Descubrí que en mi casa tengo un espíritu macabro que me guía el mouse: la acepté. 

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