miércoles, 4 de julio de 2012

Le mandé un mensaje. Pero sólo le hablé del foro. Me muero de los nervios.
Creo que estoy obsesionada. Ayer le pedí a Margarita, la señora de Misiones, que me averiguara el apellido de Nicolás. Hoy a la mañana le mandé la solicitud, y recién, me acaba de agregar. No puedo despegarme de su muro. Y tampoco puedo parar de retorcerme de los celos: tiene un club de fans. Particularmente hay dos que me irritan más que el resto; una se llama Romi y le satura el muro con poemas de Cortázar, y la otra se llama Lucrecia y lo salpica con emoticones empalagosos. No aguanto más. Estoy a un click de enviarle un mensaje pidiéndole que se case conmigo. Y a dos de pedirle que tengamos trillizos.