domingo, 8 de julio de 2012


Como no sé nada de Martín desde el jueves, por un momento, imaginé que el de las sorpresitas había sido él. Hoy a la tarde, cuando le abrí la puerta a mi mamá, me encontré con tres regalos: el primero era un felpudo enrollado color bordó adornado con las siluetas de  tres gatos negros. El segundo era el diario del día de hoy, y el tercero, estaba en un estuche gris que se abría, desde el costado,  con la ayuda de un cierre de plástico. Mientras intentaba abrirlo, mi mamá, chorreaba su incontenida curiosidad sobre mi hombro, al mismo tiempo que me ametrallaba con sus típicas preguntas infantiles. No paró hasta que desenfundé el contenido y se lo dejé ver: adentro había una linterna aparatosamente amarilla cargada con dos baterias. Y temí lo peor. No sé si "El Sin Cara" del "B" me está chantajeando, (porque si dejó el diario quiere decir que, en algún momento, vió a Capitán raptarle los diarios a "Locos Vargas" del "A"), o simplemente quiso "disculparse", con un gesto amable, por el espectáculo que armamos ayer a la noche. Igual no pienso arruinar la entrada con ese felpudo de vieja con ruleros.